Restaurantes

Mannix, en plena forma

Cinco años han transcurrido desde que Marco Antonio y su Mannix, protagonizaron uno de los capítulos de la serie que presenté en Telecinco, Cocineros Sin Estrella. El tiempo pasa a una velocidad de vértigo. De regreso del entrañable acto vivido durante la elección de Paco Somoza como Padrino 2018 de la Bodega Dehesa de los Canónigos, no pude resistirme a visitar este lugar de absoluta referencia a la hora de degustar un buen lechazo de oveja churra.

Me alegró encontrarme a Marco Antonio como siempre, paleta en mano, junto a esos centenarios hornos de paja y adobe, en los que sus antepasados empezaron a asar en Campaspero. La emoción te invade cuando ves esos cuartos en las cazuelas de barro junto a las brasas de encina que estratégicamente coloca este auténtico virtuoso de los asados.

 Le he encontrado más asentado, más reposado. Sin duda, tampoco para él, los años pasan en balde. El impulso juvenil, que pronto le llevó a estar en el top de los establecimientos castellanoleoneses especializados en los lechazos, se ha transformado en un sereno saber hacer. Marco Antonio mantiene la sabiduría que heredó y no ceja en el empeño de mantener la excelsa calidad, tanto del producto que maneja, como de la sapiencia a la hora de elaborarlo, con agua y sal como únicos ingredientes. Casi siempre, lo más complicado no es llegar, sino mantenerse y Marco Antonio es un abanderado de este revelador compendio filosófico.

 Me ha alegrado mucho saber que las nuevas generaciones apuestan por engrandecer este referente gastronómico. Lo digo tras haber conocido a la sobrina de Marco Antonio, Gemma, una prometedora repostera formada en la escuela del gran Luis Irízar y cultivada en lugares de tronío como El Celler de los hermanos Roca, que otorga con sus estéticos, creativos, sabrosos  y refrescantes postres un plus de calidad, más si cabe, a este mítico establecimiento vallisoletano. Gema, que lo mismo sirve las mesas que elabora entrantes (probad entre sus muchas propuestas las croquetas o los buñuelos de bacalao) y que sobre todo derrocha creatividad con sus deliciosos postres, ha sido capaz de diseñar una bastante completa y atractiva carta de vinos, en la que predominan, lógicamente, los vinos de la DO Ribera del Duero, sin menospreciar a otros de la zona como Cigales o Toro, que tanto han mejorado en los últimos años. Vinos, todos ellos, que quedan a la vista del comensal en una luminosa y moderna bodega que han incorporado a la sala.

 Mannix o como una familia es capaz de enriquecer la tradición heredada. Familia ejemplar, capaz de alcanzar la excelencia desde la autenticidad que siempre han atesorado.

Mis felicitaciones a Marco Antonio y a su hermana Carmen que tan bien le secunda en la cocina, también a Carlos, marido de Carmen y a los hijos de ambos que dignifican una labor fundamental y muy abandonada en muchos lugares, como es el servicio de sala.

 Por muchos años más, querida familia. Prometo no dilatar cinco años más la próxima visita.

Restaurante Mannix

Calle Felipe II, 26, 47310 Campaspero, Valladolid

Teléfono 983 69 80 18

restaurantemannix.com

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