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Ejerciendo de «padrino de padrinos» en la Bodega Dehesa de los Canónigos

Como pasa el tiempo. Hace ya cuatro años, en 2011, asistí de forma un tanto atolondrada a un acto de apadrinamiento de la vendimia de ese año en la Bodega Dehesa de los Canónigos de Pesquera de Duero. Creo que ya lo he escrito en alguna otra ocasión. Lo que iba a ser acto más, al que uno asiste en ocasiones por puro compromiso, se convirtió en una reveladora experiencia personal. Una familia, la familia Sanz propietaria de la Bodega, me ofreció un trato tan afable y cariñoso, atisbé tal cúmulo de valores humanos en Don Luis y Doña Mari Luz y en sus hijos Iván, Belén, que desde ese día a esta abnegada, trabajadora y honesta familia la hice mía.

Aquel 2011 inauguré, digamos la figura del “Padrino de la Vendimia” que en sucesivos años ha tenido el honor de engrandecer su nómina con el diestro Enrique Ponce, en el 2013, y con el periodista Director del Diario Marca, Oscar Campillo. En esta ocasión hemos procedido a nombrar “Padrino de la Vendimia 2015” al Consejero Delegado del Club Atlético de Madrid, Miguel Ángel Gil.

En todas las ocasiones he articulado el mismo discurso, ser nombrado Padrino de Dehesa de los Canónigos es entrar a formar parte de una familia, porque a todos los padrinos los Sanz les abren las puertas no solo de su consideración, también de sus más íntimos afectos. Por eso, como digo siempre, mi responsabilidad al recomendar cada año al nuevo Padrino, es dar con una persona que atesore no solo relevancia profesional, también los valores personales necesarios que hagan que la familia Sanz nunca pueda sentirse defraudada.

En el caso Miguel Ángel Gil busqué comparaciones entre la Bodega y el Atlético de Madrid. En ambos casos, con muchos menos medios que otras bodegas de la zona o clubes nacionales, han logrado situarse en la excelencia.

El Atlético de Madrid, representado en Miguel Ángel Gil, aglutina como esta entrañable familia, los valores de la tradición, del compromiso, de la humildad y del esfuerzo. Por eso entendí que tanto Miguel Ángel, como el club encarnaban a la perfección el título de Padrino que tanto nos honra a los que lo tenemos.

Además, conseguimos que Don Luis Sanz, fundador y propietario de la Bodega, abandonara su condición de aficionado al Real Madrid para hacerse un incondicional del Atlético, siempre claro, después de su Real Valladolid.

En privado me confesó que Miguel Ángel Gil le había impresionado tanto como persona, había adivinado en él tantos valores, que tras departir con él durante dos largos días, no le había costado nada cambiar los colores de su segundo equipo. En agradecimiento, Miguel Ángel le regaló una camiseta firmada por todos los jugadores del Atlético. Todo un detalle y una demostración de la complicidad que se estableció entre ambos.

El título de “Padrino de la Vendimia 2015” sirvió para reconocer también la impresionante trayectoria del Atlético en los últimos años, al que sólo una calamidad le impidió coronarse Campeón de la Champion League en 2013, el único titulo que no ha logrado en los últimos años.

Durante el acto, no puedo dejar de reconocer la excelente organización y el nivel de aperitivos, comidas y cenas que corrió a cargo de uno de los mejores restauradores de Valladolid, Antonio Caño, del restaurante Los Zagales, ganador en varias ocasiones del Concurso de Pinchos y Tapas de Valladolid.

Han sido dos días de intensas emociones. La que me llegó muy dentro, fue ver las botellas de la añada que apadriné con las etiquetas diseñadas por el gran arquitecto zamorano, Paco Somoza que reproduce el frontal de la Bodega en una preciosa acuarela y lo más grande, por mi propia hija Alexia, que dio forma a una escena familiar.

La generosidad de esta familia va a propiciar que una tercera parte de las botellas de la barrica que me han regalado, su comercialización y sus beneficios, vayan a parar a la ONG ANIDAN, de nuestro gran amigo Rafa Selas, que está desarrollando una impagable labor en Kenia, en ayuda de los más necesitados, los niños.

Así, entre emociones, afectos verdaderos y la satisfacción que da estar entre gente a la que quieres de verdad, transcurrieron unos días otoñales de vendimia, de paz y de armonía interior.

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