Sardinada en la parrilla

• Dificultad: Fácil

Si hay un pescado que me apasiona es la sardina, un pescado que desgraciadamente se encuentra al borde del colapso, las capturas están cayendo en los últimos años y la sardinas son mucho más pequeñas que antaño y casi sin grasa. Del mar desaparecen nuestras sardinas, la sobreexplotación y el calentamiento del agua por el cambio climático pueden acabar con la especie. Un auténtico drama.

Cada vez es más difícil encontrar sardina de calidad, esas que no necesitaban ni aceite por la grasa que llevaban. Ayer encontré en una pescadería sardinas de tamaño pequeño  y no me pude resistir a la tentación.

Prepare la parrilla, las unte en un buen aceite de oliva, sal gorda y a esperar mientras disfrutaba de un aperitivo con un buen gazpacho, bonito del norte, tomates cherry y unas perlas de mozarella, acompañado de un excelente vino rosado Pricum, de Bodegas Margón, un vino que proviene de las viñas centenarias de Prieto Picudo en el campo de Pajares de los Oteros en León. Viñas rastreras, sin espalderas, recolectadas de forma manual, una a una, en su justo momento.

Doy unas vueltas a las sardinas para que se hagan bien, pero no se pasen y las he acompañado con unas patatas cocidas con piel, aliñadas con aceite de oliva, sal y pimentón de la Vera. Poco más se puede pedir.

Desde aquí insto a las administraciones, cofradías de pescadores que velen por el futuro de esta especie emblemática de nuestro país, que forma parte de nuestra cultura gastronómica, sería una auténtica tragedia que la sardina desapareciera definitivamente de nuestros mares.