Gastropepe

El blog

Gracias a los Samis, llegué hasta Santa Claus, al que he trasladado todos vuestros deseos

Me costaba cada vez más. Pensé varias veces en arrojar la toalla. El frío, por debajo de los veinte grados bajo cero, empezaba a hacer mella en mi estado de ánimo. Los samis me indicaban que debía seguir la orientación norte y que no cejara en mi empeño ni en las largas horas de oscuridad, porque las auroras boreales me alumbrarían el camino hasta encontrarle.

Muy al norte, casi en los límites mismos de esta majestuosa Laponia finlandesa, los lagos se multiplican. Lagos helados, donde los samis practican la pesca, agujereando la espesa capa de hielo de aproximadamente treinta centímetros, para capturar con enormes dosis de paciencia una trucha atigrada autóctona de estas zonas. Junto a ellos practiqué este arte ancestral, sin éxito.

El frío arreciaba con el atardecer. Menos mal que mi aciago intento por pescar algo en el lago, los samis lo compensaron con un excelente guiso de alce con patatas y zanahorias hecho al fuego de leña de los inmensos bosques de esta gélida Laponia.

El viaje en trineo tirado por mis apacibles renos. continuó. De pronto, les noté nerviosos. Comprobé que eran ellos los dirigían mis pasos. No atendían mis órdenes. Sabían lo que hacían. Intuí que Santa Claus estaba cerca. No me equivoqué.

Tras atravesar un bosque virgen cubierto por más de un metro de nieve  atisbé a lo lejos una luz y el humo de una chimenea. Era una pequeña casa de madera. Un elfo salió a recibirme. me acompañó a ver como otra trabajaba elaborando utensilios de hierro. Este mismo elfo me enseñó unos polvos de oro que al contacto con el fuego se transforman en una vistosa llamarada. El fuego desborda la chimenea y en contacto con el cielo infinito y estrellado se transforma en juguetes y regalos que los elfos cargan en los trineos donde viaja Papa Noel. La propia esposa de Santal, fue quien se encargo de recibirme y posibilitar que el hacedor de sueños me recibiera.

Me sentía tremendamente emocionado. Junto a una chimenea, un precioso abeto adornado de Navidad y un escritorio lleno de cartas, de todas vuestras cartas y las de millones de niños de todo el mundo, me dedicó unos simples pero perdurables minutos. Sabía de mi esfuerzo por encontrarle y no dudo en apartar su ingente tarea estos días, para escucharme.

Le pedí por la paz en este mundo convulso envenenado por odios de todo cariz. Le pedí por los que sufren enfermedades o carencias. Le pedí también  porque preserve  la sonrisa y la ilusión  de los más pequeños, para que se acuerde de todos, para que a ninguno le falte esa fantasía imprescindible para desarrollar una infancia feliz.

Me escuchó atentamente y me dijo que mi esfuerzo valdrá la pena. Me deseo una Feliz Navidad y me pidió que os traslade a todos sus mejores deseos para estos días que tenemos por delante.

Los Señores Claus en su hogar recibiendo vuestras cartas

Los Señores Claus en su hogar recibiendo vuestras cartas

Reconfortado interiormente y enormemente feliz, emprendí el regreso a casa.

4 Respuestas

  1. Rosario

    Feliz Navidad Pepe y a todos los q leen este blog y lo crearon.Que pena q después de crear un bonito blog con tanto esfuerzo lo quites de Telecinco.
    Si sigue existiendo te leere

  2. Rosario

    Pepe si puedes pon recetas nuevas las Albóndigas las hicisteis el año pasado.
    Y dile a tus compañeros q corrijan la web de Telecinco si puedes.

  3. Rosario

    Precioso lugar ,qué bonito ver la cara de Felicidad de los más pequeños estas fechas y q lindo ver sus caritas de ilusión al ver a Papá Noel.Que ricas buena pinta tiene ese guiso para entrar en calor y las galletas y chocolate las delicias de los más pequeños.Cuanto trabajo tiene Papa Noel para este año.Feliz Navidad Pepe haber si me toca el décimo de Manolita sobre todo q les toquen a los q más lo necesiten.Te seguiré leyendo

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