Antes uvas que cubas

Paco Somoza engrandece la familia de padrinos de Dehesa de los Canónigos

Un año más, y van siete ya, hemos tenido el privilegio de asistir al nombramiento del Padrino Vendimia 2018 con el que cada año la Bodega Dehesa de los Canónigos de la DO Ribera del Duero premia la trayectoria de una personalidad.

En este caso el honor ha recaído en la figura del eminente arquitecto zamorano D. Francisco Somoza, Paco a secas, para todos los que le admiramos y queremos por sus innumerables virtudes personales y profesionales.

La figura de Somoza trasciende al ámbito de la arquitectura. Siempre le digo que es un humanista, un personaje más propio de aquella luminosa y artística época de la historia que fue el Renacimiento. Somoza, no sólo diseña virtuosos espacios. Como creador innato que es, no se resigna a ver como se vilipendia y humilla el patrimonio de su ciudad y su provincia, por lo que desde hace décadas está contribuyendo decisivamente a rehabilitar cuanto de valor contempla. De su sensibilidad y talento, de su respeto por el pasado, ha nacido una nueva Zamora que asombra al visitante por la escrupulosa conservación que luce de su ancestral historia. Sería muy larga de contar la incansable labor de Somoza por recuperar la riqueza artística que atesora la ciudad y la provincia de Zamora. Castillos, fortalezas, iglesias, viejos teatros….no hay estigma de un floreciente ayer, al que Somoza no haya recuperado del olvido y la desidia de ineptos gobernantes faltos de sensibilidad alguna. Y es que si hay algo que le sobra a Somoza, es precisamente esa sensibilidad que le lleva a desvivirse por las señas de identidad de la tierra que le vio nacer. Da igual que sean piedras milenarias, que su majestuosa Semana Santa. Lo mismo da que hablemos de viñedos o de garbanzos de Fuentesaúco. Cualquier atisbo de “zamoraneidad”, cualquier resquicio identitario de su amada Zamora, tiene en Somoza, un incondicional valedor.

Tal cúmulo de virtudes no es de extrañar que le hayan hecho valedor del título de Padrino de la Vendimia 2018 de Dehesa de los Canónigos. Y no solo eso. Porque a sus indudables dotes artísticas se une una excepcional condición como persona que le han hecho acreedor del galardón de Padrino.

Paco Somoza engrandece la familia de padrinos de Dehesa de los Canónigos

Autenticidad, esa máxima que siempre asegura la excelencia, respeto por la tradición, verdad, humildad, honestidad, talento y capacidad de sacrificio son valores que acredita Somoza y que definen, con exactitud, los valores que definen a la ejemplar familia Sanz, propietarios de la pujante y emergente Bodega Dehesa de los Canónigos.

Os dejó las deslumbrantes y sinceras palabras que pronunció Paco Somoza tras ser nombrado Padrino:

“Hace ya algunos años que, gracias (nunca te lo agradecerá bastante) a mi amigo, a mi hermano, Pepe Ribagorda, Padrino de padrinos y a Loles que la quiero, conocí a esta familia estupenda para la que no tengo palabras.

Dice Ana, mi mujer, que siempre presumo de qué mis amigos son los mejores y que eso lo puede pensar todo el mundo de los suyos. Siempre le contesto que no es lo mismo, que en mi caso yo lo sé seguro, y lo digo objetivamente. Aunque realmente yo soy de Sanabria y allí creemos poco en esto de la objetividad.

Mis amigos son los mejores sin ninguna duda.

Esta es, por lo tanto, una historia, que como en muchas ocasiones, comienza por la amistad, creo que no hay mejor principio.

A lo largo de estos años he ido descubriendo en La Dehesa de los Canónigos, mirando a los viñedos, que el cielo debe de ser de color verde, que aquí todo tiene su origen en el amor y que es el amor la razón de tanta felicidad.

“Sin buena uva no hay buen vino” dice Don Luis, pero ¿y sin el amor?, sin el amor no hay nada, ni amistad, ni uvas, ni vino, claro.

Luis es el Patrón que conduce la nave por estos maravillosos “mares verdes”, pero todos sabéis que de toda esta familia mi preferida es

Mariluz, que con su limpísima mirada es la que “desde atrás”, como dicen los flamencos, marca el compás y el rumbo.

Belén es el cuidado por todo lo invisible porque sabe que Dios está en los pequeños detalles, en lo que hace que las cosas y el vino, por supuesto, resulte diferente.

Iván es la franqueza del que sabe que nunca es bueno volverle la cara a la verdad, Iván es el abanderado, la tenacidad, el trabajo, el no rendirse nunca.

Estos vinos son el fruto de la uva pero también de su elaboración, del trabajo tenaz y riguroso de todos los que aquí trabajan, de la corrección sistemática de errores, regida por el espíritu crítico que permite transitar por los caminos hacia la perfección.

Estos vinos son la consecuencia de una forma de ser, de amor y de verdad.

Decía Eurípides que “donde no hay vino no hay amor” yo pienso, volviendo la oración por pasiva, que donde no hay amor no hay vino. Todo lo demás es técnica, extraordinaria técnica, pero la técnica sola no origina el milagro.

Estos vinos saben a uva, a la tierra en la que crecen las Viñas, saben a la Ribera del Duero, uno de los ríos más asombrosos del mundo. Pero por encima de todo los vinos de La Dehesa saben a verdad, porque la verdad es una de las principales razones de ser de esta familia y ya lo decía Plinio “El Viejo” “EN EL VINO ESTÁ LA VERDAD”.

Para mi apadrinar esta añada, es un honor, pero además es fácil, es lo mismo que apadrinar a un niño guapo, simpático y con un coeficiente intelectual de 170. Muy fácil.

Quiero finalmente darle las gracias a Luis a Mariluz, y a sus hijos Iván, Belén, Luis y Marta y a todos los trabajadores de la Dehesa por su generosidad, por su esfuerzo y por contribuir tanto a nuestra felicidad, leyendo un fragmento de la Oda al vino de Pablo Neruda, el más grande de los poetas de todos los tiempos (lo digo subjetivamente).

“pero no solo amor,

Beso quemante

O corazón quemado

Eres, vino de vida sino amistad de los seres, transparencia,

coro de disciplina,

abundancia de flores.

Amo sobre una mesa,

Cuando se habla,

La luz de una botella

De inteligente vino.

Que lo beban,

Que recuerden en cada gota de oro

o copa de topacio

o cuchara de púrpura

que trabajó el otoño

hasta llenar de vino las vasijas”

El nombramiento de Paco Somoza, sirvió una vez más, para rendir culto a la amistad. Un acto tremendamente emotivo que culminó cuando Iván Sanz regaló a su hermana en nombre de la familia, un gran ramo de rosas en reconocimiento a su trabajo como enóloga, en el que este año se cumplen 20 años en los que Belén Sanz Cid ha conseguido unos vinos excepcionales, reconocidos y premiados en el mundo entero.

Después del acto se inauguró  La Casa de las Tablas, un nuevo espacio de exposiciones.

La primera de ellas ha sido la del artista hiperrealista vallisoletano Luis Pérez, donde el público que acuda a la bodega podrá disfrutar de sus obras recientes y de algunas inéditas

En la Bodega, arropados por el cariño que siempre nos profesa esta excepcional familia, pudimos disfrutar de la gastronomía. A los vinos Dehesa de los Canónigos, se unió, en esta ocasión el servicio del catering De Las Cosas del Comer. Su “alma mater” Loles Silva aunó, a la excelencia del producto, elaboraciones estéticas, tanto en la presentación de los cócteles como en la deslumbrante decoración de las distintas mesas. Y no sólo eso, también excelentemente servido por un profesional equipo de camareros.

No se pudo pedir más. La vendimia 2018 de Dehesa de los Canónigos nace con la virtuosidad del Padrino más artístico y una celebración que seguro estará a la altura de la añada que con primor cuida ya la gran enóloga, Belén Sanz.

Por la amistad bien entendida, por la felicidad que nos proporciona el vino….

Unos 20 años elaborando

¡¡¡ Felicidades a todos ¡!!!!

 

1 Respuesta

  1. Belen Sanz Cid

    Palabras sabias de la amistad y el vino. Gracias a De las cosas del comer pos estas cariñosas frases. Gran orgullo y satisfacción por haber podido compartir la celebración de mis 20 años de vendimia y elaboración, entre inmejorables amigos y acompañada de nuestro espléndido padrino Paco al que admiro como profesional y le adoro como persona y sobre todo amigo. Por mi rostro resbalaron ese día lágrimas, pero de alegria, estaban llenas de buenísimos sentimientos y grandes emociones que ni podía ni quería ocultar. Como dice nuestro gran Paco Somoza sin amor no hay nada.
    Belen Sanz

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