Gastropepe

El blog

Bilbao de ayer, de hoy, de mañana y de siempre

La espectacular transformación que ha sufrido Bilbao, las dos últimas décadas se ha desarrollado en paralelo a su devenir gastronómico. Lo he podido comprobar en una visita relámpago a esta atractiva ciudad que a sus muchos encantos, hay que unir el carácter afable y hospitalario de sus gentes, verdaderos exponentes del buen vivir. Lo primero que hice, bien asesorado por el gran cocinero Alvaro Garrido del restaurante ‘Mina’, fue irme a “potear” por el casco viejo, como desde hace siglos hacen los bilbaínos.

Álvaro me recomendó la ‘Taberna Basara’ que, lamentablemente estaba de vacaciones. Un problema banal, porque son muchas las tascas singulares con más medio siglo historia que pueblan la zona. En “Rotterdan”, al lado de la mítica Fuente del Perro, junto a frescos Txacolís, cada vez mejores, pude tomar unas magníficas piparras y unas croquetas de esas que dejan huella.

Tras ella, a muy pocos metros se encuentra otro templo, el ‘Bar Restaurante Rio-Oja, como reza un cartel a la entrada, especializado en la cocina de siempre. Esta en la calle Perro 4 y os lo recomiendo encarecidamente. Se fundó allá por 1949 y es ya la tercera generación la que sigue la estela de los abuelos. En ella cohabitan las fotos de legendarias alineaciones del Athletic Club con no menos legendarias cazuelas con todo tipo de guisos. Todo lo que probé fue sensacional, pero los chipirones en su tinta, perfectos de sabor, os puedo asegurar que me llevaran más pronto que tarde a Bilbao de nuevo.

Junto a la mejor tradición, no podia dejar de experimentar a esa nueva generación de jóvenes cocineros vizcaínos que tanto están dando que hablar. Hacía mucho tiempo que debía una visita a uno de ellos, a Josean Alija y a su restaurante enclaustrado en la modernidad absoluta y eterna que representa el formidable Museo Guggenheim del arquitecto Frank Ghery. ‘Nerua‘ me ha sorprendido gratísimamente.

El fantástico equipo de Josean, ausente esta vez, te sorprende desde el inicio haciéndote participe del proceso creativo ofreciéndote variados aperitivos en la misma cocina. Es una impronta de lo que después vas a degustar en un salón minimalista, bello en expresiva sencillez, donde nada puede despistarte del plato que vas a degustar

Luz, suavidad, equilibrio, armonía el paisaje ausente de florituras de la sala se fusiona con unos platos que son la exaltación de la sencillez en medio de su tremenda complejidad. El propio Josean define su cocina como “muina”. No tiene traducción al castellano. Muina es núcleo, meollo, esencia. Es alma, es médula, pero también cerebro y conocimiento. Comer en ‘Nerua’ es un viaje al origen de las cosas, a su raíz a través de sensaciones redondas, completas, placenteras. No hay altibajos, es una experiencia coral, tremendamente armoniosa. Una verdadera delicia.

Y aunque no hay fotos, no quiero dejar de destacar probablemente el mejor bacalao que he probado nunca. Me lo ofrecieron en una entrañable cena en el mítico ‘Zortziko‘, que desde hace más de treinta años ostenta una merecida estrella Michelin. Un lugar clásico, señorial, que recuerda el esplendor que siempre ha tenido la buena gastronomía.

Creo que no se puede pedir más a una visita a la gran capital vizcaína.

Deja un comentario