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Auténticos mercadillos de navidad

La Navidad ya está ahí, a la vuelta de la esquina. Una época que, con niños en casa, adquiere siempre una dimensión especial. Son ellos, sus rostros ilusionados, asombrados, plenos, los que te instalan en la magia propia de estas fechas. Este año he decidido imbuirme del espíritu navideño visitando los mercadillos de Navidad de la vieja y civilizada Europa.

He viajado hasta Colonia, en Alemania, para disfrutar de unos mercadillos temáticos llenos de gusto, de belleza, cuidados hasta en el último de los detalles, a los que recomiendo encarecidamente una visita a muchos alcaldes de nuestro país para, simplemente, comprobar cómo se pueden hacer bien las cosas.

En Colonia hay hasta siete mercadillos navideños. El más conocido es el que se encuentra justo debajo de su majestuosa catedral, donde cuentan están enterrados los Reyes Magos.

Disfrutando siempre del reconfortante  “glühwein”, un vino caliente, tinto o blanco con un toque de canela al que puedes añadir un chorrito de ron, recorrí los distintos mercadillos de esta bella ciudad regada por el majestuoso Rin.

Entre artesanías y decoraciones navideñas también se puede disfrutar de la gastronomía típica de la ciudad. Dulces, turrones artesanales y puestos con barbacoas de carnes, salmón, patatas fritas, recién peladas, todo tipo de salchichas hacen las delicias de los visitantes.

Me sorprendió la calidad del producto que ofertan, nada de comida rápida de medio pelo. En los puestos, saben trabajar sus productos e intentan dar lo mejor de su recetario.

En hornos de leña o lustrosas parrillas  elaboran todo al momento, incluidas pizzas, guisos de champiñones, de carnes o incluso panes.

Los mercadillos alemanes, como pueden ser los austríacos, suizos, húngaros o belgas, son la mejor manera para adentrarte, bendecido de belleza y buen gusto, en la entrañable Navidad.

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