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El Corral de la Morería, estrella con duende

Me gustó la definición, “estrella con duende”, que escuché en la excepcional comida que he disfrutado en El Corral de la Morería maridada con vinos de Jerez y amenizada por una no menos excepcional Zambomba Jerezana. Pocos lugares con más duende en la Villa y Corte que este Corral de la Morería que con tanto acierto han sabido preservar  la prestigiosa bailaora Blanca del Rey y sus hijos Juan Manuel y Armando. Lugar donde “quejios” y “zapateados”, donde lamentos de guitarra y el retumbar de los cajones conviven en sorprendente armonía con una gastronomía de postín.

A los indudables encantos de este acogedor lugar se suma ahora el talento de un chef que lleva tiempo haciendo las cosas muy bien. Hablamos de David García. De su mano el establecimiento acaba de recibir en Lisboa su primera estrella Michelin, en la Gala en la que se dio a conocer la Guía Michelin para España y Portugal 2019. A ello se une la pasión de Juan Manuel del Rey, Premio Nacional de Gastronomía este año que acaba  al Mejor Jefe de Sala, por los vinos de Jerez.

Un fervor, casi religioso por estos míticos vinos que siempre digo que no están suficientemente reconocidos en España, que le ha llevado a conformar una bodega única, en la que habitan entre el eco de “soleás” y bulerías más de setecientas referencias de vinos de Jerez, trescientas de ellas verdaderas joyas ya desaparecidas.

Con estas reliquias, con estos excepcionales vinos, Juan Manuel marida un menú primorosamente elaborado por el chef David García en el nuevo espacio gastronómico, “Restaurante Corral de la Morería” con el que se ha dotado el elegido, nada más y nada menos, que en Festival de Cante de las Minas, como “El Mejor Tablao Flamenco del Mundo”. Un lugar mítico para los amantes del mejor flamenco, por el que han pasado auténticas leyendas del cante y del baile flamenco, adquiere una insólita dimensión al sumarse el deleite gastronómico. Nunca antes, un tablao había alcanzado una estrella Michelin.

Difícil explicar las sensaciones que tuve, mientras tremendamente complacido escuchaba la zambomba jerezana, degustaba los platos de David. Su sorprendente marmitako, sus sutiles tallarines de calamar con toque picante y caldo de chipirón, la fresquísima merluza o el tierno y sabroso pichón maridados con una Manzanilla Solear de Bodegas Barbadillo, un Amontillado Maestro Sierra 12 Años, un Fino Inocente de Valdespino o un Oloroso Añada 2001 en Rama de Bodegas Williams & Humbert.

Mis felicitaciones al Corral de la Morería por su historia, por haberla engrandecido preservándola, y lo que es más importante por haber sabido actualizarse, ampliando el horizonte de sensaciones, más allá de lo auditivo hasta convertirse en el Tablao gustativo

 

 

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