Restaurantes

La barra del Bergara quita el sentido

No podía irme de San Sebastián sin probar sus majestuosos pintxos. Hace unos meses recorrí el casco viejo donostiarra absorto degustando esta cocina de todas las épocas en miniatura en auténticos templos del pintxo como Gandarias, Gámbara, la Taberna Aralar o Urola, pero me faltaba cruzar el Urumea hasta el barrio de Gros para deleitarme visual y gustativamente con la majestuosa barra del Bergara.

Monty Bergara y su formidable equipo herederos de la tradición de los abuelos regenta este prodigioso escaparate del pintxo, de los más clásicos como la tortilla de anchoas o el magnífico bacalao al ajoarriero a verdaderas y asombrosas creaciones que conjugan el excelente producto del Cantábrico con una depuradísima técnica elaborativa, como el el caso del pintxo “Itxaso” compuesto por rape y gambas con crema de puerros al txacolí.

Si sublimes son las barras donostiarras, todo un homenaje al sabor con mayúsculas y al buen gusto, la barra del Bergara es la consagración de una gastronomía que, en sí misma, representa todo un género culinario. Un lugar casi místico que desde ya, forma parte de mi memoria gastronómica.

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