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Embajador “Canary Wine”

Hay reconocimientos que a uno le proporcionan sensaciones especiales. La concesión por la DO Protegida Islas Canarias del título de “Embajador Canary Wine” es, sin lugar a dudas, uno de ellos.

José Ribagorda Embajador «Canary wine»

Y lo es por el sincero afecto que me han profesado y por la franca consideración demostrada hacia mi trayectoria profesional y mi vinculación con la gastronomía como bien explicó el Presidente de la D.O. Juan Rubén Ferrera y cuyas palabras agradezco muy especialmente. Ser embajador de unos vinos singularísimos por su condición volcánica, su mineralidad y su elaboración en una de las condiciones vitícolas más extremas del planeta, representa para mí un verdadero honor. Hablamos de los viñedos más antiguos de Europa ya que nunca se vieron afectados por la plaga de la filoxera que arrasó las viñas del viejo continente.

Durante unos días en Tenerife, donde se produce aproximadamente la mitad de los vinos de Canarias y donde se ubican seis de las once D.O. de los vinos de Canarias, he conocido el ingente trabajo que desde hace varias décadas lleva a cabo la D.O. de la mano de su Secretario General y propietario de “Viñátigo “unas de las más prestigiosas bodegas de Canarias, Juan Jesús Méndez.

Es admirable la labor de Juan Jesús, hijo y nieto de viticultores, en la recuperación de decenas de variedades de uvas que estaban al límite mismo de desaparecer como la baboso, listán, vijariego, gual o la marmajuelo, entre otras muchas. Hasta 135 variedades diferentes han sido identificadas genéticamente, gracias a la labor de personas como Juan Jesús, al que hay que reconocerle su concienzuda y documentada labor para posicionar a los vinos canarios en el lugar que ocupan en la actualidad, más en el exterior donde va destinada el 60 por ciento de la producción, que en el mercado nacional, donde aún estos vinos excepcionales y únicos no tienen la consideración y aceptación que merecen.

Durante el acto de entrega del premio que tuvo lugar en el Convento de San Francisco de la localidad de Garachico, un precioso municipio antiguo puerto de la isla donde se embarcaba el vino canario hacia Inglaterra allá por el siglo XVI, se concedió también al Restaurante Donaire ubicado en el Hotel GF Victoria de Adeje (Tenerife) con el Premio a la mejor Carta de Vinos de Canarias. Un jurado presidido por uno de los mejores sumilleres de España, el inquieto y gran “muñidor” canario Javier Gila, mide cada año la consideración de los restaurantes canarios por una de las joyas gastronómicas del archipiélago como son sus vinos.

Javier Gila, miembro del jurado

Mis días en Tenerife me han permitido conocer como los vinos canarios cuentan con solventes vinotecas donde reciben el trato correcto como “Con Pasión” en el Puerto de la Cruz donde se pueden degustar cientos de ellos, en el Sótano, donde entre pescados frescos y papas arrugadas se juegan intensas partidas de dominó o “El Mirador de Garachico” dotado con una excepcional bodega especializada en los vinos de la tierra.

También en esta preciosa localidad, Garachico, tuve el inmenso privilegio de conocer a Don Arturo Castillo, uno de los pocos elaboradores de tabaco que quedan en Canarias.

Don Arturo

Don Arturo arquetipo de los maestros tabaqueros que enseñaron a los productores cubanos tras el descubrimiento de América, elabora con mimo, asombrosa técnica y respeto absoluto por la tradición su propia marca “Macuba” a partir de tripa cubana y capas de tabacos de Sumatra y EE.UU e incluso con hojas para favorecer la combustión del cigarro que se cultivan en La Palma, último reducto del buen tabaco canario que siempre ha caracterizado a la producción del archipiélago.

Sería deseable un mayor apoyo por parte de las instituciones para preservar el trabajo de personas como Don Arturo que dotan de identidad y autenticidad a la producción artesanal canaria, en este caso a través de los injustamente denostados puros. Para mi el cigarro, proceda de donde proceda, forma parte del ritual gastronómico y debe tener siempre el respeto que se merece.

Cuatro días intensos en Tenerife que me permitieron, también conocer a personalidades muy relevantes del panorama vitivinícola nacional, como el sumiller y brillante divulgador del mundo del vino, Ferrán Centelles o disfrutar de lugares inconfesables donde deguste un excelente medregal en un marco de ensueño.

Jornadas intensas acariciadas por los alisios marinos que tanto frescor dan y por el hospitalario trato de personas como Juan Jesús y su pareja, la excelente enóloga Elena Batista, la amabilísima Ruth, la directora de promoción y marketing de la DO Vinos de Canarias, Raúl  Román y tantos otros. Amigos que quedan para siempre. Una amistad que, como las viñas, debo encargarme de mantener y cuidar.

De momento, por delante tengo la labor de promocionar la excepcionalidad y autenticidad de los magníficos vinos de Canarias. Sirva este primer paso, como muestra de voluntad de un cometido al que pienso aplicarme con esmero.

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