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LaSal, cada vez mas referencia en Zamora

Sabéis que cada verano mantengo el sacrosanto ritual de aliviar las tensiones del invierno refugiándome en el afecto de los verdaderos amigos y trasladándome a milenarios lugares mesetarios.

Villa de Pedraza

Un año más he vuelto a Pedraza de la mano de Fernando García Torres, uno de los grandes artífices de que este bellísimo pueblo segoviano mantenga su identidad fiel con el paso del tiempo.

Lo mismo hice imbuyéndome de las viñas que alumbran la nueva añada en la cada vez más prestigiosa Bodega Dehesa de los Canónigos, donde la familia Sanz refuerza en cada encuentro su condición de auténtica familia para mí y los míos.

Y por supuesto visitando la simpar Zamora, donde el arquitecto Paco Somoza y su mujer Ana se reafirman siempre como los mejores anfitriones que un lugar pueda tener.

En Zamora, ni me cuestiono, acudir a otro lugar que no sea LaSal que,  con el paso del tiempo, no hace sino reafirmarse como la auténtica referencia gastronómica de la ciudad. Rubén Becker mantiene un extraordinario nivel en la oferta culinaria que ofrece basado en un producto de enorme calidad y unas preparaciones sencillas que no hacen sino potenciar, aún más, el sabor el sabor de los platos.

Junto a Paco Somoza, cada vez más vinculado con lo gastronómico –solo hay que probar el magnífico Díscolo con una tinta de Toro que elabora- ultiman la apertura de una “vermuteria” junto enfrente del actual local donde se ubica La Sal y en el espacio primitivo en el que Rubén apuntaló su exitosa trayectoria. Será un lugar para despertar el apetito antes de cruzar la angosta calle para sentarte en el restaurante. Un espacio para el tapeo que mantendrá, seguro, las señas de calidad que este inquieto restaurador zamorano imprime a todo lo que hace.

El tándem Becker- Somoza se ha materializado también en la llegada de Rubén al NH Palacio del Duero que regenta Somoza, lo que ha elevado considerablemente la oferta gastronómica del hotel. Lo pude comprobar con unas sugerentes jornadas dedicadas a las ancas de rana que tuve la fortuna de degustar en mis días zamoranos.

Pedraza, Bodega Dehesa de los Canónigos, Zamora….lugares donde siempre recupero el aliento y salgo tremendamente reconfortado y dichoso de contar con personas de bien en éste, muchas veces, complicado tránsito vital.

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