Antes uvas que cubas

Bodegas Portia, perfecta fusión de arquitectura y vino

En unas comidas de esas, distendidas y agradables, se presentaron las nuevas añadas de Bodegas Portia. Comimos en el Restaurante El Paraguas, lleno como siempre donde me rencontré con mi querido y admirado Jefe de Sala y sumiller Mateo Gelado, una de las personas que puedo certificar más sabe de vinos en este país y de las que más he podido aprender.


Allí Lourdes Martinez acompañada por el Director General del Grupo Faustino, Francisco Honrubia y de una notable representación del estudio de arquitectura del eminente Norman Foster que diseñó la bodega, nos dio a probar las nuevas añadas de la Bodega, mientras nos contaba mil y una anécdotas sobre la construcción de una de las bodegas más vanguardistas del mundo.


El objetivo era el de crear un nuevo concepto de bodega en la Ribera del Duero. Por eso, de una forma un tanto osada, decidieron escribir una carta a Norman Foster contándole el proyecto. La sorpresa fue recibir una llamada del estudio interesándose por el mismo. Genial es la anécdota del encuentro que los propietarios mantienen en Londres con el propio Foster y la lapidaria frase que éste les dice:

-“Ustedes no tienen dinero para pagarme a mí”, les dijo el arquitecto. A lo que los propietarios respondieron:

“Usted no sabe el dinero que tenemos”-


Es evidente que el dinero no fue un problema. Se entendieron a la perfección y a Foster, le debió resultar especialmente interesante proyectar por primera vez en su carrera una bodega. Fueron siete años de sesudos estudios y de trabajos para dar a luz una funcional y bellísima bodega, que sitúa a Bodegas Faustino y a su marca Portia en la vanguardia mundial.

Hace años estuve en Portia y os puedo asegurar que nunca había visto una bodega tan funcional, tan bien diseñada, tan estéticamente hermosa y tan integrada en el paisaje como esta. Una bodega que sólo podía haber salido de la mente y el talento de uno de los mejores arquitectos contemporáneos.


Son más de 150 años, desde 1861, los que ya cuatro generaciones de la Familia Faustino llevan comercializando vinos de zonas tan dispares como la Rioja Alavesa, Navarra, La Mancha y la Ribera del Duero con una misma filosofía, la de rendir culto a la tierra de donde proceden las uvas, respetando al máximo la naturaleza y el medio ambiente. Hablamos de una familia que ha sabido traspasar de generación en generación los valores tradicionales sin menoscabo de la innovación, que ha permitido levantar una formidable y majestuosa bodega en tierras burgalesas, inaugurada hace tan solo tres años, que en sí misma un modelo de funcionalidad y un auténtico monumento de la arquitectura contemporánea.


Sin concesión ninguna al artificio, el edificio está pensado y estructurado en torno al proceso de elaboración de la uva. Las tolvas en la parta más alta y las tres naves donde el vino fermenta en las cubas de aluminio y envejece en barricas de roble francés y posteriormente en botellas soterradas, en condiciones naturales de temperatura óptimas, para favorecer el ahorro energético. Un conjunto armónico, perfectamente integrado en el entorno construido con materiales, todos ellos, vinculados al mundo del vino, como el hormigón, el roble, el vidrio y el acero.

Bodegas Portia

Bodegas Portia

 

Me llamó la atención el nombre. Portia, es ofrenda en latín. Y que esta descomunal bodega es interpretada por el Grupo, como un regalo al mundo del vino. Además Portia es el séptimo satélite del planeta Urano, al igual que Portia es la séptima bodega que abre esta dinámica familia. Los vinos Portia nacen de 250 hectáreas de viñedo comparadas en 1.990 de los se cultivan 160. Todos los vinos son 100% tinta del país, porque según nos contó el enólogo Raúl Quemada, apuestan por la tipicidad, lo que me pareció todo un acierto.

Durante la comida en El Paraguas Carmen Oros, responsable comercial del grupo Faustino nos presentó cuatro vinos con gran personalidad.

Una bodega, que es una obra maestra de la arquitectura contemporánea, no podía albergar en su seno vinos diría que también arquitectónicamente estructurados. Delicados, elegantes, limpios y llenos de matices. Bodega y vinos de calidad altamente recomendables.

 

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