Gracias a los Samis, llegué hasta Santa Claus, al que he trasladado todos vuestros deseos
Le pedí por la paz en este mundo convulso envenenado por odios de todo cariz. Le pedí por los que sufren enfermedades o carencias. Le pedí también porque preserve la sonrisa y la ilusión de los más pequeños, para que se acuerde de todos, para que a ninguno le falte esa fantasía imprescindible para desarrollar una infancia feliz.