Adiós a mi querida y admirada Doña Marisa Sánchez
Hoy es un día muy triste para la gastronomía. Ha muerto Doña Marisa Sánchez una de las mejores cocineras que ha dado este país. Una de mis Cocineras sin Estrella y autora, entre otros muchos platos tradicionales riojanos, de las mejores croquetas que el mundo ha dado.
Madre de toda una saga, era una mujer a la quería especialmente por su amabilidad y cariño y por la profunda admiración que la procesaba.
Ir al Echaurren en Ezcaray, sentarme junto a la chimenea con ella y tomarme sus croquetas simplemente inigualables, para mí era todo un lujo. Degustar la cremosa textura de las más formidables croquetas que he probado nunca, junto al crepitar de la hoguera y acompañado de un buen tinto crianza de Rioja, es de esos placeres únicos que la vida a uno le regala de vez en cuando.
Me transmitía el orgullo que sentía por su familia, sus cinco hijos y por su marido Félix Paniego, al que adoraba, su alma gemela y por todo lo que habían construido entre todos.
Heredo una casa de postas en Ezcaray y lo convirtió en el lugar de referencia de la cocina riojana, transmitió su pasión a sus hijos que heredaron su sabiduría y hoy representan a través de la figura de Francis Paniego lo mejor de la gastronomía de su tierra.
Consiguió que el bello pueblo de Ezcaray fuera conocido en el mundo entero como referente gastronómico.
Marisa era una mujer que rezumaba autenticidad y pasión por lo que hacía. Siempre sonriente, pendiente del más mínimo detalle, amable, coqueta, una gran señora en el más amplio sentido de la palabra. Una de esas mujeres irrepetibles, incansables trabajadoras que marcaron una época.
Una mujer que siempre llevaré en el corazón.
Descanse en Paz, mi querida Marisa. Mis condolencias y todo mi cariño para su familia.