Restaurantes

‘Cuenllas’, una de mis barras de referencia

Una de mis barras de referencia, de esos lugares donde me encuentro como en casa es el ‘Cuenllas’ en Madrid en la calle Ferraz 3-5.

Allí desde 1939 se encuentra una de las mejores tiendas diría que de España de exquisitos productos gastronómicos además de vinos, licores,  champagnes, cavas…  Regentada por Ángel Cuenllas y su hijo Fernando.

Ángel es una de las personas que más sabe del mundo de la gastronomía, conoce en profundidad el mundo de los mejores productos y a los productores de origen. Tiene una tienda de esas en las que puedes pasar horas aprendiendo y observando, donde lo que compras es siempre de la máxima calidad. El secreto es simple: venden el mejor producto.

Al lado esta mi barra  y el restaurante donde gracias a un equipo maravilloso que forma el personal siempre me siento a gusto. Isabel Jiménez, su cocinera, transmite con maestría su dulzura personal a cada uno de sus platos, elaborados con productos de calidad. Puede hacer desde las mejores patatas con níscalos, rabo de toro, callos… hasta los platos más sofisticados.

En la barra Tino, que siempre te ofrece un buen vino con una tapita. Mari Carmen pendiente de que los comensales se encuentre cómodos y todo orquestado por Andrés Marañón, que con su buen hacer y profesionalidad consigue que acudas al Cuenllas a disfrutar de una buena comida, rodeado de gente amable donde clientes y personal se convierten casi en familia. Difícil combinación que este gran equipo ha conseguido y os aseguro que no solo conmigo. Es un lugar de clientela fiel.

Hoy quería algo ligero y siguiendo los consejos de Andrés tome unas tostas de mortadela de Favola con rúcula y de anchoas del cantábrico, con tomate y piparra, acompañados de manzanilla  Bardiana de San Lucar.

Isabel me preparó unas alcachofas, con habas y almejas, por eso de las propiedades maravillosas de la alcachofa para el cuerpo. Complicado maridar la alcachofa con cualquier vino pero escogido por Ángel Cuenllas,  tome una copa con un Borgoña Domaine Danjou Baness.

De postre un poco de queso Brie y un Morbier. Una comida estupenda, nada pesada, para ir recomponiendo los excesos navideños y en lugar donde siempre me apetece ir.

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