Antes uvas que cubas

La sensibilidad de una Bodega cargada de valores

Desde hace ya muchos años me une una amistad franca y sincera con la familia Sanz Cid, propietaria de la Bodega Dehesa de los Canónigos. Un tiempo que me ha servido para apreciar los valores que atesora, entre ellos el de la solidaridad o lo que es lo mismo, estar siempre al lado de los que más lo necesitan.

Bodega Dehesa de los Canónigos

Las subastas del vino que generosamente la Bodega concede a los padrinos de las sucesivas vendimias en forma de barrica tienen como destino una organización benéfica. Son muchos los miles de euros que se han podido destinar a la lucha contra las enfermedades raras o que, en otros casos, han viajado a destinos como Kenia donde Anidan desarrolla una ingente labor de formación a niños rescatados de la miseria.

En Dehesa de los Canónigos son también muy conscientes  de las dificultades que para muchos sectores ha acarreado la pandemia.

Especialmente sensibles se han mostrado con uno de los colectivos más afectados como es el de la hostelería.

Con el objetivo de apoyar a este castigado sector, han puesto en marcha la iniciativa “restaurante Pop Up” en la que por un día prestigiosos chefs trasladan su cocina a la bodega. El primero en hacerlo fue el vallisoletano Dámaso Vergara y en esta ocasión ha sido el zamorano Luis Alberto Lera el que ha transportado su cocina cinegética a las acogedoras instalaciones con las que cuenta Dehesa de los Canónigos.

Como en la anterior ocasión, esta gastronomía efímera, ha servido para armonizar el  singular e irrepetible menú de Lera con tres añadas históricas de Solideo, una de las joyas vinícolas con las que cuenta esta emblemática bodega de la Ribera del Duero.

Luis Alberto Lera e Iván Sanz Cid

Luis Alberto, sin olvidar nunca a su madre Minika, es uno de los mejores exponentes patrios de la cocina derivada de la caza. En especial en el tratamiento del pichón, el producto estrella de la Tierra de Campos donde se ubica el restaurante Lera, concretamente en la localidad zamorana de Castroverde de Campos. El menú elaborado para esta ocasión fue una perfecta combinación de caza y setas aderezado con productos en todos los casos de la tierra. Los afortunados que pudieron disfrutar de esta verdadera exhibición gastronómica pudieron degustar de un buñuelo, croqueta y salazón de paloma, una terrina de ciervo, escabeche de caza menor, trompetas guisadas con trufa, el célebre plato de Lera, las lentejas con pato, el inigualable pichón, un lomo de corzo con rebozuelos y una perdiz, como no podía ser de otra manera, acompañada por uvas de  Dehesa de los Canónigos.

Los asistentes no solo se acercan a la mejor gastronomía regional. El encuentro les ha servido también para conocer la historia y la evolución de la bodega y vivir en primera persona la vendimia que se lleva a cabo estos días y que según apunta la enóloga de la bodega, Belén Sanz, permite vislumbrar vinos de altísima calidad.

En tiempos de zozobra que aún vivimos, aunque empezamos a ver la luz al final del túnel, se agradecen iniciativas que redundan en beneficio de los demás. Es por eso el calificativo que he buscado para definir a esta bodega, como “la bodega de los valores”

 

 

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