Antes uvas que cubas

Menade finaliza su vendimia más sostenible

El 50% de la energía empleada en la bodega es autogenerada Bodegas Menade, en Rueda y La Seca, ha concluido la recolección de la uva de la vendimia 2020 con una producción de 1,3 millones de kilos, una cifra muy similar a añadas anteriores debido al exhaustivo control que realizan en su viñedo ecológico, y con una importante reducción de consumo energético en los últimos doce meses.

A finales de 2018 Menade instaló paneles solares en la cubierta de la bodega, siguiendo con su filosofía de sostenibilidad ambiental y reducción de la huella de carbono, tanto en el campo como en los procesos productivos en bodega. La comparativa desde la vendimia de 2019 y la de 2020 demuestra que la bodega ha dejado de emitir 73 toneladas de CO2 a la atmósfera, ya que ha autogenerado 100.000 KW de energía.

Marco Sanz en Menade

Fieles al compromiso de la bodega con el medio ambiente y con la lucha contra el cambio climático se están llevando a cabo acciones encaminadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La última actuación es el cálculo de la huella de carbono, por eso Menade ha entrado a formar parte del reducido grupo de bodegas que han valorado de su huella de carbono y logrado la inscripción en el registro de Ministerio para la Transición ecológica y el reto Demográfico.

La presente añada será recordada en muchos sentidos, tampoco ha sido fácil en el campo, ya que se ha caracterizado por la amplia pluviometría y temperaturas moderadas. Esto ha conllevado la aparición de enfermedades criptogámicas en el campo, como el mildiu y el oídio, debido, sobre todo, a una primavera especialmente lluviosa.

Afortunadamente los hermanos Sanz, pioneros en viticultura ecológica en su tierra, llevan un estricto control en el campo durante todo el año, donde solo aplican ozono e infusiones de  plantas naturales para prevenir plagas, además de trabajar el suelo. Eso ha favorecido que la calidad de la uva que ha entrado en la bodega sea muy buena y los rendimientos obtenidos sean similares a los de otros años, en torno a 6.500 kg/Ha de media y 1.500 kg/Ha en las parcelas más antiguas.

Según Marco Sanz, responsable de viticultura, los mostos de verdeja de 2020 “presentan buena acidez; prevemos vinos aromáticos y con cuerpo, idóneos para la guarda”.

Innovación para respetar más el suelo

La inquietud de los hermanos Sanz por emplear la tecnología para obtener uvas sanas y equilibradas, de una forma respetuosa con el medio ambiente, les ha incentivado a desarrollar un proyecto de I+D+i con un dron ‘fumigador’.

De esta forma, y en colaboración con la empresa Agrodata, se están haciendo pruebas para tratar el viñedo desde el aire, lo que supone muchas ventajas: por un lado, el suelo no se apelmaza, se actúa de una manera mucho más localizada, la contaminación es menor y el tiempo de trabajo es muy similar al que se hace con el tractor.

El dron primero efectúa vuelos de reconocimiento para realizar un mapa de las parcelas, ajustando su extensión y características para planificar el recorrido. El aparato dispone de un depósito de combustible y otro que alberga el producto, sobrevuela los líneos a la altura indicada y aplica el tratamiento acorde a la cantidad necesaria.

Aunque la tecnología no está 100% desarrollada, el empleo de drones fumigadores supone un gran avance para la viticultura de precisión, porque ya no solo se emplean para digitalización y teledetección, sino también para ejecución.

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