Restaurantes

El cocido de Lalín se “mexicaliza”

Reconozco que acudí a la insospechada fusión entre el Cocido de Lalín y la cocina mexicana con ciertas reservas. Inicialmente no vislumbraba sinergias entre la sencilla tradición que enarbola uno de los cocidos más sabrosos y personales que se elaboran en España con el exotismo ya la sofisticación que caracteriza a los platos mexicanos que magistralmente se interpretan en el “estrellado” restaurante madrileño Punto MX (primer restaurante mexicano que ha logrado en Europa tener una estrella Michelin).

Tras la experiencia que me han hecho vivir los cocineros con mayúsculas, Diego López, de La Molinera de Lalín y el mexicano Roberto Ruiz, solo puedo lamentar mi falta de miras y mí anticuado concepto culinario. Diego y Roberto han sido capaces, durante unos pocos días en Punto MX, de confluir dos gastronomías tan dispares como son la gallega y la mexicana en un armónico espacio de encuentro, con el sabor como expresión máxima.

En ambos uno percibe la voluntad de elevar sus respectivas cocinas de “clichés” del pasado, del convencionalismo, explorando nuevos caminos, desde el respeto siempre de sus esencias respectivas. La consideración de su pasado, les posibilita abrir insospechados horizontes a sus innatos instintos creativos.

La experiencia no ha podido ser más sorprendente y más reveladora sobre la ausencia de límites en lo gastronómico. El fastuoso cocido de Lalín, reinventado en formato miniatura, hablo de sus chicharrones, su panceta. La oreja, los chorizos y los grelos, y como no, los garbanzos se fusionan con tacos y jalapeños, con frijoles y con chilis, sin estridencia alguna, con asombroso equilibrio. El resultado, gustosas y estéticas sensaciones, inimaginables de suponer a priori. El sabor se acrecienta con la complejidad de las creaciones fusionadas, las texturas se universalizan. Como bien dice Diego López, “Moli”, en cada plato de insólito ensamblaje gallego-mexicano, había mucho de cocina previa y mucho de “sabor de Dios”.

Pozole de cacheira

El excelente sumiller de Punto MX, José Muñoz Gonzalez propicia, por si todo fuera poco, un logrado y documentado maridaje con los excelentes y sugerentes vinos de la Bodega ATTIS de las Rias Baixas.

El resto lo puso el magnífico servicio de sala de Punto MX. Un servicio amable y muy profesional que marcaba los tiempos de cada plato con rapidez, pero al mismo tiempo dándonos a los comensales el “tempo” preciso para disfrutar de los mismos.

Fusión Lalín México

No ha sido la primera vez que el talento de Diego y el de Roberto se entrelazan. Espero que tampoco sea la última.

¡Enhorabuena a los dos, y a sus respectivos equipos!

 

 

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