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COMER INSECTOS Un descubrimiento Isaac Petràs

Aunque aquí nos resulte extraño, lo cierto es que en un 80 % de los países se consumen insectos de forma habitual. Y en algunos de ellos, como Tailandia, México, China o Japón, estos forman parte de la dieta diaria, se venden por las calles y se disfrutan tanto como lo hacemos nosotros al degustar carne de conejo, percebes, gambas, caracoles o cualquier otro alimento que con toda seguridad pondría los pelos de punta en otras culturas. Era una costumbre que desconocíamos en Occidente y que la globalización y los vuelos low cost a ultramar han normalizado.

Comer Insectos de Isaac Petra

Se consumen por muchos motivos, tanto por su extraordinario sabor (las hormigas culonas tienen un punto cítrico sensacional, mientras que el escorpión nos deja un retrogusto a fruto seco y la tarántula tiene un sabor cárnico más potente), como porque son una fuente de nutrientes de gran valor, especialmente proteínas.

Hay otros aspectos de índole medioambiental y económica relacionados con el consumo de insectos que conviene tener en cuenta en los países desarrollados: los insectos se presentan como una buena alternativa para todos los problemas, ya que aportan proteínas, vitaminas, fibra y minerales, son baratos, fáciles y rápidos de criar y respetuosos con el medio ambiente.

La palabra «entomólogo» define a la persona que se ha especializado en el estudio de los insectos. En cambio, si nos referimos a «entomófago», calificamos a un ser humano que, entre otros comestibles y de manera razonada, también consume insectos.

 

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