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Pedraza entre amistad, palabras y cordero

Un año más destino unos días de mis vacaciones para acudir a la bella Villa de Pedraza, donde con los años he hecho muchos y buenos amigos. Tristemente contemplo como la Taberna de Don Mariano ha cerrado, a pesar de los muchos intentos por parte de los vecinos por mantener un lugar emblemático, que le daba vida e identidad a la plaza.

Pedraza se prepara para su concierto de las velas,  mientras yo disfrutaba del que para muchos es el mejor cordero que se elabora en Pedraza, junto al de Casa Manrique.

Os hablo del que preparan en el Restaurante El Jardín. Los nietos del maestro asador Justo Berzal, que sigue asando corderos todas la mañanas, continúan con la tradición de sus mayores, preparando unos asados muy recomendables. Acompañan a este sublime plato de la cocina castellana con una ensalada avinagrada de tomate y lechuga. Perfecta combinación de sabores.

Paseando por las calles de la villa encontré en la Posada de Don Mariano, lugar al que acudo siempre que voy con mi gran amigo Mariano, cerrada su taberna, él continua a sus 82 años cuidando de su huerto y de sus animales. La vida sigue para este entrañable personaje, lleno de sabiduría con el que con una buena copa de brandy, puedo estar conversando durante horas.

Nuevas tiendas abren como esta pequeña Cheres.es diseñada por Carlos Barrera, donde venden  Kikoys la indumentaria tradicional swahili, exclusiva del litoral de África Oriental y anillos engarzados con una cerámica china que se encontró en un barco hundido de 1415 en la isla de Lamu en Kenia. Agradecido por el gesto la dueña tenía el libro De las cosas del comer en el escaparate de la tienda.

Ya en casa de mis queridos amigos Cheres y Fernando, las maravillosas Bélgica y Fátima preparaban unas excelsas croquetas.

Mientras disfrutaba de la elaboración de las croquetas, el cielo de la Villa parecía romperse en pedazos en una tarde de tormentas.

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