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¿Por qué no hay que guardar las cebollas en el frigorífico?

El frigorífico es uno de los grandes inventos del hombre, sin embargo, no es bueno para todos los alimentos, entre ellos la cebolla, ya que ésta se estropea rápidamente debido al frío y la humedad, que aceleran el cambio de sus sustancias y textura. Tampoco conviene dejarlas cerca de las patatas, porque también desprenden humedad. Lo ideal es dejarlas en lugares frescos, secos y oscuros.

Muchas son las ventajas de los frigoríficos, y eso nadie lo pone en duda, sin embargo, hay ciertos alimentos que no hay que guardar nunca dentro; por ejemplo, el pan, que se deshidrata dentro de la nevera, las patatas, que se reblandecen o la miel que se endurece.

 

¿Por qué no hay que guardar las cebollas en el frigorífico?

¿Por qué no hay que guardar las cebollas en el frigorífico?

Lo mismo ocurre con las  cebollas. Mientras que éstas pueden mantenerse en buen estado hasta  treinta días si se conservan en condiciones específicas (lugares frescos, oscuros y secos), en cuanto se meten en el frigorífico se echan a perder. Porque cuando la cebolla se enfría en la atmósfera húmeda del frigorífico, cambian sus propiedades: el almidón se convierte en glucosa, y la  textura se vuelve blanda rápidamente. Además impregnan la nevera con su olor, contagiándoselo al sabor y olor del resto de alimentos.

Lo que hay que hacer con las cebollas es guardarlas en la  red en la que venían, o en un bol y guardarlo en un lugar fresco. Nunca hay que guardarlas en bolsas de plástico, ya que impiden que las cebollas respiren, ni cerca de las patatas, ya que éstas desprenden humedad, que acelera el  proceso de descomposición de las cebollas.

Como última recomendación con las cebollas, hay un truco para llorar menos al cortarlas: enfriarlas durante media hora antes, e intentar no tocar el extremo de la raíz, pues es ahí donde se concentran casi todos los compuestos sulfúricos, que son los que causan el  escozor en los ojos.

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