Restaurantes

«El Rey de Patones»

Forma parte de memoria, sentimental y gastronómica. Acudo a él, desde hace más de veinte años, cuando era prácticamente desconocido. Os hablo de Patones de Arriba, un bellísimo pueblo muy próximo a Madrid en el que el tiempo se ha detenido.

Allí conocí a una entrañable familia de hosteleros, que en 1970 anclan sus vidas a este privilegiado enclave y montar un restaurante. Manolo y Mari, tras dedicar su vida a la danza, con grandes éxitos y viajar por todo el mundo, digamos que cuelgan las mallas y las zapatillas de ballet para retirarse en Patones con sus hijos.

Una decisión difícil sin duda. En aquellos tiempos, no era un lugar de atractivo turístico que es ahora. Su singularidad y la  buena gastronomía que se fue ubicando en sus viejas casas de pizarra, iba corriendo de boca en boca.

Mari ofrecía comida casera basada en los productos que tenía cerca. Buenas carnes de vacuno de ejemplares de la Sierra Norte de Madrid, asados de cordero, guisos y unos postres memorables.

Manolo, cuidaba de los clientes, como magnífico relaciones públicas que era. Contaba historias de su rutilante vida, de sus viajes. Historias que entremezclaba con leyendas fascinantes como la  del “Rey de Patones”.

Cuenta la leyenda que en este pueblo existía un rey, perteneciente a una monarquía milenaria, quizás descendiente de los visigodos. Una especie de juez y alcalde que cuidaba del orden de las 10 o 12 familias que aquí vivían.  Testimonio de ellos fue la carta que recibe Felipe II en la que versaba “Del rey de Patones al rey de España”.

Según la leyenda, en la Guerra de la Independencia, los franceses no encontraron Patones y pasaron de largo.

Realidad o leyenda son muchos los que consideran a este pueblo como un lugar mágico, lleno de energías y secretos olvidados en el tiempo.

En el “Rey de Patones”, la energía fluye. Acudí lleno de recuerdos, deseando que nada hubiera cambiado.

Manolo ya había fallecido y su mujer Mari se ha jubilado. Una de sus hijas, Emily, se quedó con el restaurante.

“El Rey de Patones”, estaba y reformado sin perder la autenticidad que recordaba. Quise comer lo mismo que pedía hace 20 años y gratamente constate como la buena gastronomía de este lugar continúa con la nueva saga.

Emily ha conseguido mantener los sabores de antaño, la calidad en el producto y el trato amable del equipo de sala con el cliente.

Las croquetas, las migas y las carnes que hacen en la parrilla de siempre junto a un horno de leña, me trasladaron a otros tiempos.

Apareció Mari, que sigue con ese maravilloso espíritu positivo. La matriarca de la saga pasa por el restaurante un día sí otro también, apoyando a su hija en lo que puede. Se dedica, como siempre, a dar forma a los postres, para lo que siempre demostró un talento y una destreza especial. Sus rosquillas o sus magdalenas, hechas al horno, siempre rezumaron el sabor y el olor que atesora lo casero.  Mantienen hasta las recetas de los licores caseros que Manolo cuidaba como reliquias y guardaba como secretos de familia.

Emily, heredera de la saga del Rey de Patones

Emily, heredera de la saga del Rey de Patones

Ha sido un reencuentro maravilloso y el principio de muchas más comidas en este entrañable lugar.

Enhorabuena familia por haber sabido conservar la magia y el buen hacer del “Rey de Patones”.

“Rey de Patones”

Calle de Azas, 13  ·  Patones de Arriba  ·  28129  ·  Madrid

Teléfono reservas : 91 843 20 37  ·  M. 696 936 492

reydepatones@hotmail.com

Precio medio: 40 euros

 

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