Disfrutando el sabor de los Pimientos de Herbón

• Dificultad: Fácil

Tengo el privilegio de contar con excelentes amigos en la localidad coruñesa de Padrón, la patria chica de una leyenda de la radio como es Pepe Domingo Castaño. Además de Pepe Domingo, me honra la amistad con José Manuel Rial y su mujer Lidia Angueira propietarios de la ‘Pulpería Rial‘ que dan gloria gastronómica a esta bella e histórica localidad coruñesa.

Todos los años cuando llega la época me mandan hasta Madrid unos pimientos de Herbón, empieza la época de recogida.

Pimientos de Herbón

El apelativo “Pimientos de Padrón” se lleva la fama. Una fama que no es real. El auténtico pimiento de Padrón es del Herbón. Bajo la marca “Pimientos de Padrón” se comercializa hasta pimiento procedente de Marruecos. El autentico, el original, el que se ha nutrido de la riqueza mineral de la tierra gallega es el de Herbón.

El inicio del cultivo de este pimiento en Galicia cuentan que tiene su origen en las semillas traídas desde el estado mexicano de Tabasco por los monjes Franciscanos al convento de Herbón, localidad perteneciente al municipio de Padrón, en el Siglo XVII. Los monjes junto con los agricultores de la zona se especializaron tanto en este cultivo que instituyeron un  sistema de producción de tanta calidad en el tratamiento de las semillas que se transmitía como bien parafernal (formando parte de la dote) durante generaciones, con el requisito imprescindible de que nunca salieran las semillas fuera de la zona de producción.

Hoy todavía las familias que se dedican a su cultivo guardan los secretos del proceso de las semillas como han hecho desde hace tiempos inmemoriales.

A mí me parecen una autentica joya de nuestra gastronomía y una vez que se prueban ya es difícil que olvides el sabor, es lo que los define y los diferencia completamente del resto.Tantas veces han sido copiados que cuentan con una denominación de origen que intenta proteger su autenticidad.

Os dejo la receta de como se preparan según las indicaciones de su Consejo Regulador y  las de mis amigos de la Pulpería Rial:

Se quita el rabo con una cucharilla o con un cuchillo de punta roma sin perforar el pimiento. Así se conservará entero y no absorberá tanto aceite.

Se limpian con un paño húmedo secándolos bien. Se fríen en abundante aceite de oliva, echándolos en la sartén con el aceite no muy caliente para evitar que se desprenda la piel.

Se fríen lentamente removiéndolos en el aceite para conseguir una buena fritura, que es cuando obtienen más sabor. Se retiran escurriéndolos bien y se les añade sal gruesa.

Pimientos de Herbón

Y ya sabéis unos pican y otros no!!!