Manifiesto a favor del terruño y de los viñedos excepcionales

Frente a la cerrazón de muchas denominaciones de origen en España, casi 150 miembros del sector entre productores, periodistas o comerciantes han firmado un manifiesto a favor del terruño.

El manifiesto, cuyo contenido reproducimos íntegramente más abajo, se publica a modo de conclusión de la jornada de debate impulsada por el elaborador Telmo Rodríguez y celebrada a principios de noviembre pasado en el Club Matador de Madrid. Podéis encontrar aquí toda la información sobre la misma así como sobre otros foros e iniciativas que en los últimos meses han planteado la necesidad de una renovación sustancial en el seno de nuestras denominaciones de origen para revalorizar el gran patrimonio vinícola español y apostar por una política de calidad que reconozca las mejores ubicaciones y viñedos frente a la dinámica productivista y de precios bajos que se ha impuesto hasta la fecha.

Manifiesto a favor del terruño y de los viñedos excepcionales

La salida efectiva de Artadi de la DOCa. Rioja a finales de diciembre pasado, tal y como se había anunciado un año antes, ha dado más trascendencia si cabe al debate. Por otro lado, las casi 150 firmas que apoyan el manifiesto pertenecen a algunos de los más prestigiosos elaboradores del panorama actual en España, destacados críticos y comerciantes del vino. También hay apoyos de fuera de España como el del Master of Wine británico Tim Atkin que hace unos días publicaba su primer informe sobre Rioja con duras críticas al inmovilismo del Consejo Regulador respecto a la posibilidad de incluir zonas geográficas concretas en la etiqueta.

Más abajo puede leerse el manifiesto íntegro. Aquí se pueden ver las firmas que lo apoyan y aquí el vídeo resumen de las ponencias presentadas en las jornadas de noviembre pasado en el Club Matador.

España es el país de Europa con mayor riqueza en biodiversidad y paisajes, pero al mismo tiempo es también uno de los más cuestionados en cuanto al respeto y la conservación de su entorno de refiere. El mundo del vino no es una excepción.

El sistema de denominaciones de origen ha sido eficaz para poner las cosas en su sitio desde el punto de vista del origen, pero no ha tenido como objetivo la diferenciación de los suelos y los paisajes ni ha abanderado la doctrina de la calidad. En España se han desarrollado políticas para convertir nuestro viñedo en el mayor del mundo, pero no ha habido acciones encaminadas a convertirlo en el mejor.

Sin embargo, tenemos la historia, los sitios y también la pasión necesaria para sacar adelante las mejores parcelas y los lugares más excepcionales.

Por esta razón, creemos que es necesario realizar cambios profundos y abrir un nuevo camino que permita poner en valor el indudable patrimonio vinícola que tenemos. Debe ser un cambio global que afecte a todos y cada uno de los estamentos del sector, desde los productores hasta la Administración. 

Todos los grandes vinos del mundo son el reflejo de viñedos excepcionales. Por eso las más prestigiosas zonas vinícolas han legislado siempre partiendo de esos viñedos excepcionales con objeto de defenderlos y protegerlos.

Estamos convencidos de que la mejor forma de identificar los vinos en relación a su origen, calidad, identidad y autenticidad es promoviendo una estructura piramidal. En la base estarían los vinos elaborados con uvas procedentes de cualquier lugar de las denominaciones de origen, después los vinos de pueblo y, en la cima de la pirámide, los vinos de parcelas.

Todos los productores saldrán ganando. Pensamos que subiendo el listón y exigiéndonos más, podremos mejorar, seremos capaces de explicar mejor la realidad vinícola de nuestro país y ayudaremos a vender mejor el resto de los vinos.

Por todo ello, pedimos a los Consejos Reguladores que sean sensibles a la nueva realidad vitivinícola que está aflorando en España y que ayuden a mostrar la diferenciación dentro de cada una de las denominaciones de origen existentes en nuestro país. Porque sabemos que esa diferenciación es el principio de la excepcionalidad y porque el movimiento de los vinos de terruño es imparable y se perfila, además, como el mejor camino para lograr que el vino español sea cada vez mejor y más apreciado.