Micrófono y sartén

El mejor momento de Dabiz Muñoz

Para inaugurar la nueva sección de «Micrófono y sartén» no dudé un momento en elegir a Dabiz Muñoz para el apadrinamiento. Se producía una revolución en mi web y quería al cocinero que ha revolucionado todo lo revolucionable en la gastronomía.

Imaginaros lo que es intentar robarle unos minutos de su tiempo para hacerle una entrevista. No lo dudó ni un momento, me dio su apoyo, su tiempo y su cariño dentro de la vorágine en la que se mueve.

Un inmenso honor y un lujo arrancar esta web con Dabiz, un cocinero que no conoce los límites. Su espectro no hace sino crecer y crecer. Un Dabiz al que admiro como cocinero, pero ante el que me quito el sombrero como persona. Buena gente por los cuatro costados. Vive siempre al filo de la navaja, con mariposas en el estómago, pero con tiempo para conceder una entrevista y apadrinar a ‘De las cosas del comer’. Nos permitió colarnos en su cocina a media hora de abrir Diverxo.

Conozco desde hace mucho tiempo a David Muñoz, gracias al director de cine José Luis Cuerda que me llevó hace 10 o 15 años al primitivo ‘Diverxo’ del barrio de Tetuán. Recuerdo con nitidez aquel pequeño restaurante donde David me reconoció que dormía muchos días porque sus jornadas apenas le dejaban tiempo para ir a casa. Le he seguido todo su recorrido y os puedo asegurar que es un ser excepcional.

Dabiz Muñoz y José Ribagorda

Dabiz Muñoz y José Ribagorda

Un concepto radical

Dabiz no tiene límites. Considera que tener límites es algo absurdo, está en su mejor año y disfrutando de Diverxo como nunca antes lo había hecho. Quiere cambios, nuevas experiencias. Los límites no existen y es algo que forma parte de su propia naturaleza: vivir al límite en su vida, inmerso en una vorágine y locura caótica que es precisamente lo que le da vida.

Ha conseguido romper todos los moldes, busca sabores intensos, fuera equilibrios y sutilezas. Es un ser que transmite libertad por dentro y por fuera. Se permite todo tipo de licencias con el único objetivo de proporcionar felicidad al comensal. Busca la emoción entorno a una mesa. Viaja por el mundo en busca de sabores, auténticos, diferentes que le hagan sentir.

Dabiz tiene claro lo que quiere hacer y clarísimo lo que no quiere.

 

Sus obsesiones

La madurez le ha enseñado a convivir con sus obsesiones, las entiende y busca e ellas el lado positivo. La insatisfacción, el autocastigo y la búsqueda constante por la perfección  le persiguen. Trabaja 16 horas al día y considera que todo es mejorable. Me cuenta que cada plato de Diverxo sufre una evolución constante. Defiende su propia entidad personal y sigue sus propios conceptos. «Quiero hacer cosas únicas» es su modo de entender la cocina y la vida.

El mejor momento de Dabiz

Lleno de planes de futuro, me cuenta que es un loco enamorado de las mariposas en el estómago, la emoción ante  lo nuevo, como un niño pequeño ante un regalo con juguetes nuevos. Tiene ganas de cocinar el mundo, con nuevos proyectos y con ganas de cambiar conceptos.

Afirma vivir su mejor momento y encontrarse más feliz que nunca. Algo que transmite a su equipo y a su gente. El éxito radica en coger una sartén y sentir emociones en busca de sabores. El éxito para Dabiz es consecuencia de que haces.

Sólo me queda decir gracias Dabiz por ser como eres, y sigo pensando como he dicho en otras ocasiones que no creo que haya nadie en el planeta capaz de crear gastronomía con mayúsculas como tú lo haces.

 

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